Para conmemorar el natalicio de la poeta María Calcaño (1906-1056), este 12 de diciembre el Centro Nacional del Libro (Cenal) realizó el “Recital de poesía erótica femenina” en homenaje a la autora zuliana, quien se cuenta como una de las primeras venezolanas, en asumir la modernidad a través de la libertad y el goce de la expresión.
Texto: Prensa Cenal
La actividad, efectuada en la Casa de Nuestra América José Martí, en Caracas, contó con la participación de Maribel Prieto en la moderación y las poetas Ivonne Thompson, Yanuva León, María Eugenia Inojosa, Indira Carpio, Nidesca Suárez y Rossana Marín, quienes se pasearon por los más intensos poemas de la escritora, entre ellos “Raíz”, “Ama”, “Por el bello fauno arrebatada”, “La mujer de fuego”, “Ha vuelto a mirarme”, “Supe que debías llegar”.
Este encuentro, permitió ahondar en el erotismo presente en las líneas de la marabina, se reconoce el valor vanguardista de Calcaño, cuya obra, aunque breve, tiene un lugar en la memoria colectiva de los poetas.
Además, en su obra pueden hallarse visos de reconocimiento de clase, al nombrar a los trabajadores, a la mujer pobre mendicante, que no solamente lo hace para visibilizar a los desfavorecidos, sino porque también hasta cierto punto su sujeto de discurso poético pareciera reconocerse en una clase que no es la de los ricos.
De acuerdo con la poeta e investigadora Maribel Prieto, Calcaño fue una mujer apasionada con una estremecedora poesía que “da posibilidades de emancipación humana a las mujeres”. Yanuva León, quien hizo lectura del poema “Ama”, definió como audaz la obra de la autora marabina; “nos inquiere a las mujeres directamente”, dijo.
Poeta versátil
Calcaño, a quien los obstáculos de género encontrados en vida y lo oculta que estuvo su obra durante décadas la llevaron a obtener un reconocimiento tardío, supo trabajar con mucha versatilidad tanto la forma como el contenido, transitando por el verso y la prosa, según su conveniencia.
Su poesía se puede presentar de la siguiente manera: Alas fatales (Santiago de Chile, Edit. Nascimento, 1935), Anotaciones y otros fragmentos (1920-1940), La hermética maravillada (1938), Canciones que oyeron mis últimas muñecas (Caracas, Asociación de Escritores de Venezuela, 1956), y Entre la luna y los hombres (Maracaibo, Ediciones Amigos, 1961); por último, sus diarios y fragmentos de cartas se publican en Páginas de un diario olvidado y otros relatos [1916-1956] (Caracas, Monte Ávila, 2012).
Tomado de: Homenaje del Cenal a María Calcaño destacó su palabra vanguardista
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