La película Blackout Project, producida por la bailarina solista de ballet clásico, Clara Sorzano Hernández, se proyectó este 26 de julio en la sala de la Cinemateca Nacional, ubicada en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) en Altamira, Miranda.
Texto y / Foto: Prensa FCN
Con una nutrida asistencia, la actividad comenzó con la presentación de Sorzano, quien deleitó al público con un maravilloso performance que dio paso a la transmisión de Blackout Project y luego a la realización de un conversatorio.
La producción está enfocada en el racismo que rodea al mundo del ballet. En concreto, muestra no solo la cruda realidad de cómo son tratados de manera discriminatoria los bailarines de piel oscura, sino también el acoso que reciben a diario.
Sorzano Hernández a lo largo de su carrera -según sus propias palabras- ha experimentado racismo y discriminación por su color de piel. Tras varias conversaciones con otros bailarines y de intercambiar experiencias vividas con respecto al tema, decidió hacer Blackout Project.
“El racismo en Venezuela está escondido y se manifiesta a través de comentarios disimulados y no te das cuenta sino hasta que ya eres mayor. Yo lo viví cuando era niña y vivía aquí en mi país Venezuela. Estudiaba danza en el Ballet de las Américas, una academia prestigiosa, y en muchas ocasiones en las obras yo no podía representar a la princesa por mi color de piel. A medida que fui creciendo pude percibir que había muchas actitudes que eran racistas, la no aceptación por mi raza, y que yo debía esforzarme más por mi tonalidad de piel de lo que se tendría que esforzar más un bailarín de tez clara”, relató.
Resaltó que “increíblemente” el racismo lo padeció más en Venezuela que en otras naciones. “En una ocasión, pasó que tuve que pintarme literalmente de blanca para poder ser parte del elenco del Lago de los Cisnes en el Teatro Teresa Carreño de Caracas porque ese era el anhelo de la sociedad venezolana de alta élite; ver que todos en el ballet que interpretábamos al Cisne Blanco debíamos ser de ese color a pesar de ser un país mestizo”.
Blackout Project busca promover la inclusión y trato igualitario a través de la difusión de “mensajes claves como diversidad y aceptación, no solo de personas trans, homosexuales y demás, sino de todo aquel que se considera diferente… Y esto debe ser en cada continente y llevar la idea de que somos libres y tenemos los mismos derechos de ser y pertenecer”, sentenció.
El movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa) apoyó con la realización de la cinta estrenada el 25 de mayo del año en curso, en Alemania, nación donde está radicada Sorzano desde hace 13 años.
“Una de mis características es que tengo unas líneas fuertes en términos de ballet que significa tener piernas como de una bailarina rusa. Tengo unos arcos muy pronunciados, eso me lo han dicho desde joven y eso es lo que llama la atención en mí. Si yo no tuviera este tipo de cuerpo, yo -como bailarina negra-, no podría ingresar a un cuerpo de ballet clásico. Quizás sería una más del ballet contemporáneo, pues ser una bailarina de ballet clásico sería muy complicado, cosa que ninguna bailarina blanca tendría inconveniente alguno”, agregó.
“Me pareció grandioso porque se expresan las dificultades que se viven en el mundo, no solamente de la danza, sino en el arte en general, de los estereotipos que genera un color de piel. Sin embargo, cuando eres valiente, tienes gallardía y reconoces tú mismo tu propio talento puedes llegar hasta las estrellas si te lo propones y esa es la evidencia que vemos acá en esta producción”, afirmó.
“Esta película es una inspiración”, valoró el asistente al evento y actor, Eiker Escalona.
Para conocer la programación de la Cinemateca Nacional se puede visitar Twitter: @cinematecavzl; Instagram: @cinematecavzla; Facebook: Cinemateca vzla; y Ven App: Cinemateca Vzla.
Tomado de: El racismo que rodea al mundo al Mundo de Ballet se discute en la Cinemateca Nacional con Blackout Projet
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