El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela ha cambiado la vida de miles de niños y jóvenes desde el año 1975, gracias a su filosofía integradora y formativa. Los venezolanos conocen de sobra el virtuosismo de sus músicos y sus orquestas, y el ímpetu y la mística con que este proyecto ha llegado a todos los rincones del país llevando el arte.
Texto: Ciudad Caracas
Lo que pocos conocen es que dentro de las líneas de trabajo de El Sistema también se encuentra la lutería, para el mantenimiento y la rehabilitación de instrumentos musicales.
Con este fin, en el complejo Gustavo H. Machado (antiguo INAM), ubicado en la avenida principal de Los Chorros, calle Arístides Calvani, en Petare, se encuentra la sede principal de la escuela de lutería de El Sistema, donde no solamente se reparan instrumentos sino que también se forman lutieres, con el mismo espíritu sanador y riguroso con que se forman los músicos de este programa social.
Aquí no se construyen instrumentos, sino que se les proporciona el acompañamiento técnico que los mantiene operativos. Así lo informó Denny López, director de la escuela.
El profesor Freddy Velazco fue el encargado de encabezar este programa hace aproximadamente 18 años, con el propósito de que los músicos que integran El Sistema tuvieran la posibilidad de reparar sus instrumentos sin costo alguno, así como también darles la oportunidad de descubrir los procedimientos que hacen posible su eficaz funcionamiento.
“Este tema de la lutería en Suramérica está comenzando a salir a flote como una opción de estudio. La gran mayoría de los maestros tienen la posibilidad de estudiar en grandes casas que se han dedicado a este tema durante muchos años, sobre todo en Europa. Nuestra meta es que seamos una institución sólida, donde personas de otras partes del mundo consideren estudiar aquí”, comentó López.
Datos del programa
Actualmente hay talleres operativos en Yaracuy, Falcón, Sucre, Mérida, Táchira, Caricuao y la sede principal en Caracas.
En las sedes del interior trabajan con instrumentos de viento (flauta, clarinete, oboe, corno inglés, trompeta y tubas), cuerda (violín, contrabajo, mandolinas y guitarras) y todo el set de percusión. En la sede principal solo se trabaja con instrumentos de viento, mientras que en un taller ubicado en Caricuao se trabaja también con las cuerdas.
La escuela recibe a jóvenes que ya estén arribando a sus 18 años, y deben ser bachilleres. “Otro requisito fundamental es tener la disposición. Tienen que entender que la constancia y el entusiasmo les permitirá desarrollarse dentro de la institución”, dijo López.
Cabe destacar que los interesados no necesariamente deben tener conocimientos previos de música. “He tenido compañeros que no sabían nada del tema y el tiempo los ha convertido en músicos, ya que de alguna forma debemos conocer el dominio de cada instrumento para analizar que su funcionamiento esté bien”.
Dibujo técnico, organología, mediciones, procesos maderables e idioma, son las materias que se encuentran en este pénsum de estudio, el cual está dividido en seis semestres.
La sede principal de Los Chorros está abierta de lunes a viernes desde 8:00 am a 12:00 m, y cuenta con 4 áreas de trabajo: herramientas comunes, área para abolladuras, lavado de piezas y el espacio de metal-mecánica.
Otro dato interesante es que eventualmente se realizan charlas de mantenimiento y preservación a los diferentes núcleos, con la intención de que los niños y adolescentes mantengan sus instrumentos en óptimas condiciones.
Actualmente se está generando una página web que permitirá conocer la metodología que les permitirá ingresar a este centro de formación. Las fechas de los nuevos ingresos iniciarán la segunda semana de septiembre.
Tomado de: Sistema de Orquestas forma sus lutieres
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