La frase “Somos arquitectos de nuestro propio destino”, atribuida al físico Albert Einstein, resulta no ser tan metafórica en barrios pobres de Caracas. Comunidades organizadas social y políticamente devienen sueños en proyectos arquitectónicos que modifican el paisaje y también la vida de sus habitantes. Tres proyectos de esta nueva arquitectura social venezolana que se edifica en barrios pobres de Caracas fueron presentados el pasado miércoles durante la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, Ecuador.
Texto: RT (Ernesto J. Navarro)
Las comunidades que desarrollaron estos proyectos contaron con el apoyo de tres colectivos de jóvenes arquitectos venezolanos que promueven la función social de la arquitectura: AGA estudio, PICO Proyecto de Interés Comunal y el Laboratorio de Proyectos, y Fabricación (Lab.Pro.Fab).
El jurado de la Bienal otorgó premios a proyectos “que demostraron tener un impacto positivo y tangible en el mejoramiento de las condiciones de vida de familias de escasos recursos”.
En el caso de Venezuela los proyectos que hoy son obras terminadas surgieron de necesidades concretas de comunidades, fueron diseñados en asambleas de ciudadanos y autoconstruidos por los habitantes de esos mismos barrios.
Sueño comunitario
Los barrios de Canaima y Los Frailes de Catia se levantan al oeste del valle de Caracas, arañando las laderas de las montañas que rodean a la capital. Allí, sus habitantes decidieron emprender una serie de obras de “habilitación física” de espacios comunitarios.
El proyecto, premiado en Quito en la categoría Hábitat Social y Desarrollo, fue bautizado por los arquitectos de AGA y PICO con el nombre de ‘1.100 Sistema de Equipamientos Comunitarios’ y el mismo incluyó una cancha deportiva, un espacio de reunión comunitario bautizado como ‘Parlamento La Ceiba’ y una plaza estacional.
Lomas de Urdaneta se ubica al noroeste caraqueño. En este barrio trabajaron para edificar una serie de instalaciones deportivas que terminó llamándose Polideportivo Carbonell, Sistema Vertical de Plataformas Deportivas y Culturales. Lo novedoso en este trabajo de Lab.Pro.Fab, fue la ubicación: “Un pequeño accidente geográfico”.
El ingenio en el diseño les valió el premio de la bienal en la categoría Diseño Arquitectónico.
Otros dos proyectos arquitectónicos de Lab.Pro.Fab obtuvieron reconocimientos. Hacia el centro occidente de Venezuela, en la ciudad de Barquisimeto, el proyecto de centro comunitario Parque Industrial RED de Unidades Socio Productivas recibió el premio por Diseño Urbano y Arquitectura del Paisaje.
Mientras que La Casa Comunal del barrio El Cementerio de Caracas fue premiada en la categoría Rehabilitación y Reciclaje.
Los colectivos de arquitectos que colaboraron en estos proyectos comunitarios señalaron que la organización social de los barrios contó con el apoyo de varias instituciones públicas del Gobierno bolivariano.
Arquitectura social
Entrevistados por RT, los arquitectos que trabajaron junto a las comunidades caraqueñas coincidieron en afirmar que lo ocurrido en la bienal ecuatoriana marca una ruptura de las formas tradicionales en este tipo de eventos, al desprenderse de lo elitista y enfocarse en lo necesario.
Marcos Coronel (Pico) considera que Venezuela muestra escenario sociales muy cambiantes y la arquitectura no escapa a esos cambios.
”Nuestra realidad configura un mapa diferente de controversias y problemas presentes en las comunidades, que amplía el panorama de las demandas. Entendemos al barrio como una estructura de regeneración urbana que establece otras lógicas de organizar y habitar en colectivo. En esos espacios es posible repensar la construcción de la ciudad y crear nuevos paradigmas urbanos”.
Alejandro Haiek (Lab.Pro.Fab) cree que la organización de los habitantes de los barrios es la forma concreta de construcción de un nuevo Estado.
”La democracia basada en el modelo de representación política está agotada. Apostar por la transformación de la estructura del Estado jerárquico piramidal y crear un nuevo sistema de poder horizontal, articulado por múltiples organizaciones locales que sean capaces de gestionar su propio entorno, son los desafíos de la sociedad actual”.
Gabriel Visconti (Aga estudio) indicó que un arquitecto no debe desprenderse de su condición de ciudadano.
”El rol del arquitecto debe cambiar de la visión del experto a la del ciudadano y sumarse a problemas comunes. Cruzar la experticia técnica con los saberes populares, hibridando conocimientos y experiencias como instrumentos para el empoderamiento social. La arquitectura no es un fin en sí misma, sino un soporte de procesos que van más allá de la propia infraestructura”.
Vale señalar que en la Bienal de Arquitectura de Quito otros proyectos latinoamericanos recibieron reconocimientos.
Tomado de: Cuando los habitantes se convierten en diseñadores: así es la arquitectura social de Venezuela
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