Texto: Correo del Orinoco (Luis Jesús González Cova)
Con un guión apoyado en la solidez que le dan los hechos tomados de la realidad, la película que ahora presenta Castillo Cottin (La virgen negra 2008) intenta darle voz al Inca Valero para que eche su propio cuento, para que narre en primera persona esa entreverada historia llena de imbricados retazos sobre los cuales muchos han escuchado hablar pero pocos conocen.
Luego de una extensa investigación de tres años, el director se dedicó dos años a recolectar, clasificar y ordenar los fragmentos biográficos para ofrecernos una versión de la historia, enriquecida con elementos completamente de ficción, que no juzga ni fija posición, pero tampoco busca complacer a nadie, salvo al espectador que acude al cine para conmoverse con una buena historia contada de manera adecuada, con honestidad y respeto.
“Es una historia muy interesante y creo que vale la pena llevarla a las salas de cine. Sobre todo porque siento que es una historia que se ha escuchado mucho, pero poco se sabe, sobre la que la gente suele quedarse en la superficialidad. Nos parece que valía la pena concentrase en mostrar los elementos para entender por qué pasaron muchas cosas en la vida de este personaje”, declaró el director durante la presentación a la prensa de El Inca.
Una figura nuestra
Quizás por el valor narrativo y el potencial artístico que ofrece en este caso la llamada “vida real”, El inca tiene el mérito de aprovechar la oportunidad de contar la historia de un personaje venezolano del que casi todos han oído hablar al menos una vez, bien por sus importantes méritos deportivos o por sus desgracias personales.
En este sentido, El Inca dibuja al joven que crece con importantes carencias, abandonado por su padre. Muestra al ratero capturado por la policía tras arrebatar carteras. Señala las claves para entender, siempre sin justificar ni juzgar, las reacciones violentas de un ciudadano que no cuenta con las herramientas necesarias para desenvolverse dentro de los parámetros normales de la sociedad. Revela a la figura incapaz de manejar la fama y la fortuna, que se deja arrastrar a las drogas y la infidelidad.
Por otra parte, la película también muestra el talento, la pasión y la entrega de un boxeador que más allá de los importantísimos récords como las primeras 18 victorias consecutivas ganadas por nocaut, el invicto a lo largo de 27 combates (todos ganados por nocaut) y los dos títulos mundiales en las categorías de superpluma (AMB) y peso ligero (CMB), logró levantar de manera considerable la disminuida afición por el deporte del cuadrilátero.
Una historia de amor
Por otra parte, se agradece que el filme no se concentre en la consabida violencia del personaje contra la mujer. Por el contrario, toma como puntos importantes dentro de la narración tres instantes aparentemente determinantes en la vida del Inca: la primera etapa del enamoramiento con su esposa, el esplendor en la vida profesional y familiar y finalmente la debacle de un matrimonio que se sumó a los daños colaterales de una fama y una fortuna que el destacado deportista no supo manejar.
Inclusive, la película pone de relieve la importancia de la mujer como soporte fundamental en la vida del boxeador. Así, cuando el personaje está bien, es porque va bien la relación con su esposa y al contrario, cuando pierde el amor de su esposa, se pierde él mismo, por completo.
Tal como lo aseguró el director ante los medios de comunicación social, de tantas versiones que pudieron haber salido de la vida de Edwin Valero, se decantó por la historia de amor, que también existió, entre él y su esposa.
Convicente y conmovedora
Salvo algunos instantes en que se muestran las limitaciones de un presupuesto bastante bien llevado, la película convence e incluso conmueve, en primer lugar por las excelentes actuaciones, especialmente de Alexander Leterni, quien debió someterse a un fuerte entrenamiento físico y una no menos rigurosa preparación actoral para alcanzar el tono que exige un personaje como El Inca Valero.
El director se esforzó además por imprimir la mayor verosimilitud posible a los gloriosos combates del pugilista, especialmente a una de sus luchas más complejas, cuando en 2006 se enfrentó al panameño Vicente “El Loco” Mosquera, a quien despojó del título de Campeón Mundial superpluma (MBA) en 10 asaltos.
Acompañan a Leterni en el elenco principal las actrices Scarlet Jaimes como Joselin, la esposa; Daniela Bueno como Wendy, la amante; el primer actor y director Miguel Ferrari como el profesor Zambrano, el entrenador del Inca; Carolina Torres como Ana Luisa y Leónidas Urbina como Domingo.
Ficha técnica
Guion: Ada Hernández, Ignacio Castillo Cottin
Dirección: Ignacio Castillo Cottin
Producción: Nathalie Sar-Shalom
Producción Ejecutiva: Nathalie Sar-Shalom
Dirección de Fotografía: Castillo Cottin
Dirección de Arte: Alexandra Henao
Música: Roger Vargas
Edición: Luis Miguel Emmanuelli, Maikel Jiménez
Duración: 128 minutos
Tomado de: Parte de la vida del Inca Valero llega el viernes a la gran pantalla
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