Hace 120 años, el 28 de enero de 1897, el cine vio la luz en Venezuela con la proyección de Muchachos bañándose en el lago de Maracaibo y Un célebre especialista sacando muelas, exhibidas en el Teatro Baralt de Maracaibo. Más de un siglo después “hoy nos llenamos de orgullo porque ahora el cine no depende sólo del Estado, sino también depende del pueblo y nuestra responsabilidad está en proveer esas herramientas para que la gente, que tiene iniciativas, las lleve a cabo, las siga desarrollando y siga creciendo nuestra cinematografía desde todo punto de vista”, manifestó la vicepresidenta del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC, Alizar Dahdah.
Texto: Prensa MPPC
Explicó que a pesar de la coyuntura económica actual, producto de la guerra no convencional promovida por factores internos y externos, el 2016 fue un año victorioso para el sector, pues, se rodaron 13 películas venezolanas que generaron tres mil empleos directos e indirectos en distintas regiones del territorio nacional. Igualmente, se estrenaron 26 películas en salas de cine comercial ―de las cuales 20 fueron largometrajes de ficción y 6 documentales― y se proyectaron 14 cortometrajes en 450 recintos cinematográficos, a través del programa Venezuela en Corto, cuyo objetivo es promover los trabajos de corta duración generados por nuestros productores audiovisuales.
Dahdah también destacó que se realizaron 30 festivales en diferentes estados del país, a través del Sistema Nacional de Festivales y Muestras de Cine en Venezuela, Snfmcv, que ha contribuido en el avance de la masificación de este arte audiovisual en las comunidades, incluyendo zonas remotas.
“30 festivales de cine no es poca cosa. A pesar de la coyuntura económica, 65 mil personas disfrutaron de las funciones de cine programadas en el marco de los festivales. Eso quiere decir que no únicamente tenemos que ver cine venezolano en las salas comerciales, sino que también debemos trabajar para que se activen más espacios, donde se pueda proyectar nuestro cine y otras obras de la cinematografía mundial”, comentó.
Esta expansión también se ha reflejado en el proceso de producción, pues la mayoría de los filmes grabados el año pasado se realizaron en el interior del país, llevando el desarrollo de la actividad cinematográfica más allá de la capital y diversificando la mirada de los cineastas venezolanos en realidades propias, modos de vida y culturas.
Películas venezolanas en festivales internacionales
En cuanto al ámbito internacional, resaltó que las películas venezolanas tuvieron una importante presencia. En total, participaron en 225 festivales durante el año 2016, siendo reconocidas con 48 premios, varios de ellos en eventos de primera categoría, como la 69 edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, donde el cortometraje La culpa, probablemente, de Michael Labarca, recibió el tercer lugar en la sección Cinéfondation.
El Amparo de Rober Calzadilla se alzó con el Premio al Mejor Guion y Mejor Película en la Mostra Internacional de Cinema de Sao Paulo, así como los premios del público del Festival de Biarritz en Francia y el Festival de Bogotá, y el galardón “Caminos”, otorgado por el Centro Memorial Martin Luther King en el 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en Cuba.
La ópera prima de Lorenzo Vigas, Desde allá, ganadora en 2015 del León de Oro a la Mejor Película en la Bienale de Venecia, fue en 2016 una de las películas más premiadas en países como Panamá, República Dominicana, Estados Unidos, México, Perú y Chile, y colocó, por tercer año consecutivo, a nuestro país entre las cuatro proyecciones cinematográficas nominadas al Premio Goya a Mejor Película Iberoamericana.
Indicó que gracias al trabajo con las embajadas y consulados en el exterior, se organizaron 183 muestras de cine venezolano en el mundo, entre las que resaltan el Festival Venezuela im Film- Qué Chévere en Frankfurt (Alemania), el Festival Le Vénézuélien á Paris (Francia), el Festival de Cine Venezolano en Recife (Brasil), el Festival de Cine Venezolano en Singapur, así como los “Martes de cine”, una actividad que se organiza todas las semanas en el Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela en Madrid, España, sumando un público de 21 mil 705 espectadores.
Sostuvo que el principal reto para el cine venezolano en 2017 es seguir impulsando la producción nacional, así como la formación de nuevos cineastas y la mayor difusión de películas con sello venezolano dentro de las comunidades. “No debemos conformarnos con todos los logros contundentes que ha tenido el cine venezolano, debemos seguir luchando para que se sigan haciendo más películas en nuestro país, para que las personas se sigan formando y pueda seguir incrementándose esa comunidad cinematográfica venezolana. También debemos seguir trabajando para que nuestras películas lleguen más al pueblo, debemos seguir colocando películas en las salas de cine comerciales, pero también debemos apoyarnos a otros espacios para que la gente pueda disfrutar, conocer y verse reflejado en la pantalla grande”, subrayó.
Cineastas, eternos soñadores
Para el maestro Román Chalbaud aunque el cine venezolano siempre ha estado a la vanguardia en el mundo desde su creación, con la llegada de la Revolución Bolivariana este arte se ha expandido y democratizado, permitiendo una mayor participación del pueblo y más libertad para los cineastas.
“En los últimos años se hace mucho más cine. Se ha diversificado esta actividad y hemos logrado, a través de los años, que todos los cineastas tengas la libertad de hacer la película que quieren hacer”, manifestó.
Celebró que actualmente los jóvenes se estén interesando, cada vez más, en el quehacer cinematográfico, pues se trata de una generación de relevo “que tienen el derecho y el deber de hacer mejor cine del que hacíamos nosotros”.
Explicó que las dificultades económicas actuales que enfrenta el país han demostrado el gran compromiso que tienen los cineastas con su trabajo, ya que no han dejado en ningún momento de soñar y de crear. Afirmó que nunca es suficiente lo que se puede hacer por nuestro cine, razón por la cual, extendió un llamado a todo el gremio a seguir trabajando por crear buenas películas, que sean de arte y al mismo tiempo sean comercial, para lograr atrapar el interés del público.
Tiempo de creación
El reconocido cineasta, Edmundo Aray, aseveró que los tiempos de dificultades siempre son tiempos de creación para el cine venezolano, por este motivo la producción cinematográfica en el país se ha mantenido y ha adquirido una gran visibilidad en el exterior.
“Estamos en tiempo de dificultades, pero también en tiempos de creación nuestro cine ha mantenido su producción, su espíritu creativo y esa es la verdad”, precisó.
Para Aray, los cineastas venezolanos han sostenido una lucha enorme desde hace más de 50 años por el reconocimiento de sus derechos y de su trabajo. Muestra de ello, señaló, fue la Ley de Cine, aprobada en 1993, que durante décadas se había quedado encerrada en un escritorio y había negado la colaboración del Estado en la producción audiovisual.
No fue, sino hasta el año 2005, por solicitud del comandante Hugo Chávez Frías, que este documento jurídico logró su reforma parcial, permitiendo el financiamiento económico del Estado para la difusión, creación y exhibición de películas venezolanas.
“En este periodo actual el esfuerzo ha sido mayor, pero ya desde otro punto de vista, porque contamos con el esfuerzo de los compañeros del Gobierno que dirigen este proceso bolivariano y del CNAC. Nosotros lo que hacemos es acompañarlos, haciendo un cine, que yo calificaría como cada vez mejor”, comentó.
Referencia cinematográfica
El director cinematográfico, Carlos Azpurua, explicó que el cine es un arte que incide sobre la posibilidad de cambiar las cosas y sobre la emoción de los seres humanos, de allí su significación en la construcción de nuestra sociedad.
“El cine es un compromiso de muerte, porque cuando tu decides hacer cine, cada quien lo asume y es una pasión que cuando te muerde el alma no la dejamos, y cuando la entendemos en su dimensión de compromiso con nuestra vida, con nuestro país y nuestra realidad es implacablemente extraordinaria”, expresó
En este sentido, destacó la importancia de que existan instituciones plurales y democráticas como el CNAC, capaces de impulsar la industria cinematográfica en nuestro país por encima de las diferencias ideológicas.
“El CNAC es un logro histórico de la lucha de los cineastas venezolanos, es una referencia desde el punto de vista legislativo, una referencia que le da identidad a nuestros 120 años de cine y una referencia para toda América Latina en función de políticas públicas en el área cinematográfica. El Cnac acoge a los hacedores de cine, que hemos sabido entender el cine en nuestra diversidad y pluralidad de ideas”, señaló.
Al respecto, instó a las próximas generaciones a seguir la histórica lucha por mantener la unidad del gremio y darle continuidad a este arte, que por más de un siglo ha marcado la identidad de los venezolanos, a través de todas las manifestaciones sensibles del ser humano.
Tomado de: Cine venezolano: 120 años de logros y el reto de alcanzar mayores conquistas
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