martes, 31 de enero de 2017

"¡Oligarcas, temblad!": El origen del Himno de la Federación

Ignacio Barreto. Foto. Bernardo Padilla


Para los músicos Ignacio Barreto y Daniel Gil, el Himno de la Federación es un canto hecho bajo el espíritu de un pueblo en victoria.


Texto: Semanario TodasAdentro (Stivalis Monsalve Méndez)


El primero de febrero de este año se celebran 200 años del natalicio de Ezequiel Zamora, protagonista de la Guerra Federal y líder de un ejército de pueblo que luchó con una táctica impensable para la época, por dos de los derechos más fundamentales del ser humano: Tierra y hombres libres.


Durante este enfrentamiento bélico que fue el más caro, sangriento y largo para Venezuela tras la Independencia, hubo elementos simbólicos y artísticos que impulsaron como una catapulta el ánimo de los soldados en batalla. En especial, durante la Batalla de Santa Inés, librada en el estado Barinas.


Frases como “El cielo encapotado anuncia tempestad” o “Marchemos liberales en recia multitud a romper las cadenas de vil esclavitud” fueron los versos que agrupados formaron la canción de Oligarcas, temblad. Lírica popular que los unió en una sola voz.


Coinciden Ignacio Barreto y Daniel Gil, músicos y revolucionarios de toda la vida -como dicen- que esta canción, más tarde conocida como el Himno de la Federación, no tiene autor de letra y tampoco de música. Es un canto de

tropa que probablemente la compusieron los soldados durante sus batallas o casi inmediatamente después de la victoria en la Batalla de Santa Inés.


Hay algunos autores que han trabajado el tema de Zamora y afirman que hay palabras que probablemente fueron cambiadas, como por ejemplo, aquella en la que se menciona al general Falcón. Sin embargo, la melodía está intacta. “Hasta ahora el único arreglo que hay es el que hizo el profesor Luis Emilio Sojo para acompañar la letra con el sonido del piano. Y posteriormente, se hicieron arreglos corales”, explica Barreto.


La estructura musical del Himno de la Federación es propia de himno, aunque por estar compuesta de un estribillo y varias estrofas sencillas, cuartetas, como las que se utilizan para la copla demuestra que tiene un carácter profundamente popular. Además, cuenta con dos de las características fundamentales de la música popular: es fácil de recordar y de entrar en el alma del pueblo.


Al escucharlo se puede sentir cual era el estado de ánimo que tenía el ejército zamorano después de la victoria de

Santa Inés. Sin duda, continúa Barreto, que “es un canto hecho bajo el espíritu emocionado y efervescente de un

pueblo en victoria, no de un gobierno”. Quienes cantaron esta pieza estuvieron peleando en la Batalla de Santa Inés, lograron su objetivo y está aquí, escrito en esta canción, reitera él mismo.


Daniel Gil (Foto: IAEM)


Para Gil este himno es el mejor ejemplo de la canción revolucionaria porque organizó, agitó y emocionó a quienes la cantaban y escuchaban. Cuenta que es una canción imponente que los soldados liberales cantaban antes de ir a pelear y que el efecto psicológico de esta era abrumador, también para los oponentes, que se aterrorizaban cuando los pobladores de los pueblos por donde ellos pasaban les empezaban a corear oligarcas, temblad que viva la libertad.


Otra lectura


Ignacio Barreto asevera que en el siglo XIX era un canto que se mantenía en la memoria del pueblo, pero que con el paso del tiempo fue olvidado. Sin embargo, para finales de los años 30, en el siglo XX, empieza Sojo junto a otros colaboradores, como Juan Bautista Plaza, Francisco Carreño y Antonio Estévez, a hacer una búsqueda de la música de los pueblos en Venezuela a través de la memoria de cultores, campesinos y gente de la zona. Allí reapareció este himno que tiempo después fue escrito y arreglado por Sojo para poder cantarlo.


Actualmente, hay una enorme identificación con este tema ―explica― porque estamos viviendo un proceso donde no sólo hay un interés por revivir la historia nacional, sino que se tiene el objetivo de reconocernos y explicar por

qué estamos donde estamos. “Sin duda, la lectura es otra”, aseguró Barreto.


Para Gil su reaparación sirve para conocer cómo fue esa época, esa lucha y para rescatar un símbolo importante de la historia del país ya que la música, así como todas las artes, no pueden desvincularse del entorno ni de la vida. “Hay que profundizar en las raíces porque eso es lo que nos da sentido de pertenencia. Cómo defiendes tu país sino lo quieres”, concluyó.


Además de que aprovechó para explicar que la música es un instrumento importante dentro de cualquier proceso de cambio histórico, porque no se puede hablar de revolución sino se transforma la cultura establecida por el sistema dominante. “Considero que en Venezuela hace falta tener un movimiento formado por cantores y artistas que ocupen todos los espacios con nuestra cultura porque esto es el único elemento de transformación y organización que nunca pierde vigencia”, agregó.


Barreto también coincide con él al explicar que la música siempre ha sido fundamental en los momentos de lucha porque “el canto es una manera de unir a un colectivo”. No sólo durante la lucha física, sino también durante la batalla del pensamiento.


“La música es tan importante en tiempos de revolución porque ayuda a enviar mensajes amorosos que ayuden a transformar el espíritu, volvernos menos egoístas y entender que el enemigo no es el hermano sino quien me explota”, dijo.






Tomado de: "¡Oligarcas, temblad!": El origen del Himno de la Federación

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