Escritores de Ecuador, Colombia, Cuba, Argentina, Perú y Brasil lograron alzarse con los galardones principales de la 58 edición del Premio Literario Casa de las Américas 2017, anunciado el pasado viernes 26 en La Habana.
Texto: Ciudad Caracas
Los resultados fueron anunciados en presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura, y Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, entre otros reconocidos intelectuales, en la Sala Ernesto “Che” Guevara de la institución.
Los 22 escritores iberoamericanos, integrantes del jurado del 58 Premio Literario Casa de las Américas, iniciaron el pasado 17 de enero la lectura de las más de 400 obras concursantes.
Los autores cubanos Reynaldo García Blanco y Emilio Jorge Rodríguez resultaron ganadores del Premio Casa de las Américas 2017, en Poesía y Premio de Estudios sobre la Presencia Negra en la América y el Caribe Contemporáneos, por las respectivas obras. Esto es un disco de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa y Una suave, tierna línea de montañas azules.
Según el jurado, el trabajo de Rodríguez mostraba “un camino para futuros estudios transcaribeños poniendo énfasis en la necesidad de profundizar en la historia de conflictos, colaboración, interdependencia y solidaridad intrarregional”.
El poemario de Reynaldo García Blanco destacó por la “expresiva claridad” de exposición y su escritura depurada “no desprovistas de un delineado humor y una serena ironía”, según la calificación de los jurados. Leonel Alvarado, poeta hondureño que presentó al premiado, comentó que el texto de García Blanco refiere personajes y situaciones de la cultura contemporánea, mediante “un doble diálogo con la inmediatez y la tradición”. Cabe destacar que por Venezuela participó como jurado el presidente de Fundarte, el poeta Freddy Ñáñez.
Vibró la pluma ecuatoriana
Dos escritores ecuatorianos recibieron el galardón en los apartados de novela y poesía. Raúl Vallejo, ministro de Cultura de este país suramericano, por su poemario Mística del tabernario, con el que ganó el Premio Honorífico José Lezama Lima, y el guayaquileño Ernesto Carrión, con su novela Incendiamos las yeguas en la madrugada por lograr un crudo retrato social, cuya intención no es solo sondear un paisaje urbano “estratificado y violento”, sino que con un relato dinámico “arroja luces” sobre una situación humana observable en todo el continente latinoamericano.
Igualmente, el reconocimiento honorífico especial de narrativa José María Arguedas lo obtuvo Tríptico de la infamia, del colombiano Pablo Montoya.
El jurado distinguió con su fallo el ensayo de tema histórico-social titulado América pintoresca y otros relatos ecfrásticos de América Latina, del colombiano Pedro Agudelo Rondón.
El premio especial de ensayo Ezequiel Martínez Estrada fue para Cuestiones y horizontes. De la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder, del peruano Aníbal Quijano.
En literatura testimonial, el texto premiado fue Lloverá siempre, de la argentina Liliana Villanueva, que contiene una entrevista con la periodista y escritora uruguaya María Esther Gilio “manejada con originalidad, sin preguntas” con un “atrapante lenguaje coloquial, abierto, sincero”, valoró el jurado.
“Con momentos conmovedores y otros que surgen del humor su vida es contada sin prejuicios, revela a una mujer que fue abogada de los primeros presos políticos del movimiento Tupamaros, y ella misma perseguida y luego exiliada”, afirmó Stella Calloni, presidenta del jurado.
La literatura brasileña entregó el premio Casa a la novela Outros cantos, de Maria Valéria Rezende, quien a partir de sus memorias de viajes rememora sus elecciones y sacrificios personales cuando trabajó en la alfabetización de adultos en el nordeste de su país.
Una difícil decisión
Ñáñez calificó a Casa de las Américas como “la primera ventana en que nosotros empezamos a mirarnos por dentro como latinoamericanos y caribeños, donde comenzamos a mirarnos hacia nosotros mismos”.
Escritores de varios países que formaron parte del jurado del Premio Literario Casa de las Américas coincidieron en que la literatura del continente es defendida a través de este concurso que patrocina esta institución cubana.
Según el narrador dominicano Rey Andújar, Casa de las Américas pone el ojo en elementos que no son tradicionales para otros centros de su tipo.
Por su parte, el cronista colombiano Alberto Salcedo considera el certamen como una plataforma de lanzamiento para quienes no se ajustan al ‘establishment’ editorial. “Resulta un feliz pretexto para escritores que no encajan en el circuito comercial literario”, aseguró.
Tomado de: Entregaron Premio Literario Casa de las Américas 2017
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