Texto: Prensa Falcón (Franyi Sarmiento)
El viernes 27 se proyectarán los cortometrajes Hay alguien allí y El Silencio de las Moscas, mientras que el sábado 28 se proyectará la película Er relajo del loro. Ambos días a partir de las 7 de la noche en la Base Misiones de Zumurucuare.
“Consideramos de gran importancia continuar impulsando la transformación cultural a través de la promoción y difusión de las obras cinematográficas nacionales en espacios no convencionales a fin de que el pueblo organizado pueda disfrutar de un cine hecho en Venezuela al alcance de todos”, explicó Josmirth Gutierrez, especialista de la Plataforma de Cine y Audiovisual del Gabinete Estadal de Cultura.
Este 28 de enero se celebran 120 años del Cine Nacional en conmemoración de la proyección de las primeras películas hechas en Venezuela: Muchachos bañándose en el lago de Maracaibo y Un célebre especialista sacando muelas, exhibidas en el Teatro Baralt de Maracaibo.
Sinopsis de las películas
Hay alguien allí (2014). Helena es una niña con autismo de nueve años de edad. Gioconda y Eduardo, sus padres, angustiados por el futuro de su hija y en busca de respuestas, emprenden una conmovedora exploración al universo del autismo, partiendo de filmaciones a niños autistas realizadas en los años 70.
El silencio de las Moscas (2013). Marcelina (48 años) y Mercedes (56 años) viven en pueblos vecinos de comunidades agrícolas en Los Andes venezolanos. Ambas comparten la misma historia trágica: sus hijas adolescentes se suicidaron, al igual que muchas otras personas en esa zona rural. A través del recuerdo de sus pérdidas y de su aflicción, el film refleja un mundo de dolor tangible en donde el silencio se ha convertido en un rasgo muy significativo de este idílico y visualmente poderoso pero violento escenario natural.
Er relajo del loro (2011). En la Venezuela de los años 50, un pichón de loro real es vendido a traficantes de animales; durante su traslado es salvado por una vendedora de empanadas quien lo acoge como un miembro más en su familia. Los tiempos son duros para sus dueños y la capital se perfila como una buena opción de vida, así que emprenden el largo viaje y se llevan con ellos al loro. Una vez en Caracas, ni se imaginan las peripecias que este loro tendrá que pasar, de jaula en jaula y siento testigo de las aventuras y desventuras de sus dueños.
Tomado de: En Falcón celebrarán los 120 años del Cine Venezolano
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